lunes, 16 de julio de 2012

Valencia. La torre mirador lleva ya tres años abandonada pese a su elevado coste



Jardines repletos de maleza, estanques con agua sucia y algún que otro folleto publicitario hundido, palmeras secas y moribundas, pintadas en los bancos y un hito arquitectónico de 45 metros de altura que sirve para guardar una escoba. Es el panorama de abandono en que se encuentra la torre Miramar, el mirador construido sobre el túnel de la avenida Cataluña y el acceso a la ciudad por la V-21.

 La torre mirador lleva ya tres años abandonada pese a su elevado coste

Todo el complejo se inauguró en junio de 2009 y está compuesto por un paso inferior de 300 metros de longitud, una plataforma superior con tres fuentes y dos rotondas que completan la ronda norte, además de la torre: un mirador de 45 metros de altura desde el que se pueden ver el mar, la huerta y la ciudad. En teoría.

La práctica demuestra que el mirador de esta inversión millonaria (todo el complejo costó casi 25 millones de euros cuando la previsión era invertir 15,9 millones de euros) está en estado de abandono desde hace tres años e inutilizado desde el verano pasado, pues el ascensor de la torre se averió en agosto. Y así continúa.

Las averías han sido una constante en la vida útil de este ascensor que debería elevar a los visitantes hasta una altura de 32 metros (como unas diez plantas), el punto más alto para el público de esta torre, coronada por una estructura trapezoidal acristalada: el mirador.

Las desavenencias entre las administraciones local y central para recepcionar la obra ejecutada por el Ministerio de Fomento también han sido constantes. Fuentes del Ayuntamiento confirmaron que la obra todavía no se ha aceptado porque «primero deben subsanarse unas deficiencias».

Mientras, fuentes de la Delegación del Gobierno confirmaron que está pendiente de fecha «una reunión entre técnicos del Ministerio y del Ayuntamiento para ver en detalle las deficiencias actuales y estudiar cómo subsanarlas». Unas deficiencias que el Consistorio siempre ha sugerido que deberían ir a cargo del presupuesto del Gobierno.

La coincidencia de color político en las dos administraciones podría favorecer un acuerdo para que Valencia asumiera la propiedad de esta infraestructura, cuyas obras se adjudicaron en 2004, comenzaron en 2006 y finalizaron en 2009. La alcaldesa ya negoció con el entonces ministro de Fomento, José Blanco, la revisión de la instalación unos meses después de su inauguración al inundarse el túnel por las deficiencias de las bombas de vaciado de los estanques. Sin embargo, los problemas continuaron y también las reticencias municipales a aceptar la faraónica obra.

Las Provincias.es

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